domingo, 3 de junio de 2012

Érase una vez...

"Erase una vez, un reino muy, muy lejano. Y muy, muy feliz. Hasta que de pronto, un día apareció un dragón volando. Cogió a la bella princesa y sin que el escudero pudiera hacer nada para salvarla, se la llevó a su cueva.
Lo primero que pensó el rey, fue ir el mismo detrás de la princesa, pero se dio cuenta, de que si el dragón se lo comía, nadie podría reinar, y sería un verdadero desastre. Entonces, buscó a los soldados de la guardia real, pero el rey se echó atrás, porque si el dragón los vencía, nadie podría proteger el reino.
"¡El cocinero real me ayudará!" Se dijo el rey. "No, tampoco él puede hacer nada por mí, porque si el dragón se lo come, no habrá nadie para cocinar en el reino, y todos se morirán de hambre". "¿Y los bufones de la corte?". Pero tampoco ellos podían ayudarle, porque si el dragón los devoraba, nadie volvería a reír nunca en palacio.
Y cuando más triste estaba el rey, pensando que nadie en todo el reino podría salvar a su hija, se abrió la puerta de palacio, y aparecieron la princesa y el dragón, de la mano. Se habían hecho muy amigos. Y el rery, se dio cuenta, de que no hacía falta ningún héroe para matar al dragón. Porque el dragón, sólo buscaba alguien con quién hablar. Y, desde ese día, el dragón vivió en palacio, y fueron felices y comieron perdices"

[Texto extraído de un capítulo de Los  Hombres de Paco]


2 comentarios:

  1. Esos cuentos que te transportan a un mundo de moralejas y momentos infantiles...

    ¡Me gustan los dragones!

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  2. Siii, siempre hay que mantener vivo el espíritu del niño que llevamos dentro ^^

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