miércoles, 21 de mayo de 2014

Abandonarse

“Dejarte ir” no significa que dejes de importarme, sino que no puedo hacer las cosas por ti.

“Dejarte en libertad” no es desentenderme de ti, sino darme cuenta de que no puedo controlarte.

“Dejarte sola” no es autorizarte, sino dejar que aprendas de las consecuencias de tus actos.

“Dejarte” es reconocer mi impotencia, lo cual significa que el resultado final no está en mis manos.

“Ceder” es no tratar de cambiar ni culpar al otro; es dar lo mejor de mí.

“Dejarte libre” es dejar de encargarme de ti y sólo interesarme en ti.

“Dejarte libre” es no hacer las cosas por ti, sino brindarte mi apoyo.

“Dejarte en paz” es no juzgarte y dejarte ser humano.

“Dejarte en libertad” es dejar de estar ahí encargándome de que todo te salga bien; es permitirte forjar tu destino.

“Dejarte libre” es no protegerte más y permitirte encarar la realidad.

“Ceder” es no negar, sino aceptar.

“Dejarte en paz” es no regañarte, discutir ni molestarte constantemente, sino analizar mis propios defectos y corregirlos.

“Relajarme” es no ajustar todo a mis deseos, sino tomar cada día tal como viene y disfrutarlo.

“Dejar en paz” es no criticar ni controlar a otros, sino tratar de llegar a ser lo que sueño con ser.

“Relajarse” es no lamentar el pasado, sino crecer y vivir para el futuro.

“Abandonarse” es temer menos y amar más.

Ram Dass


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