domingo, 21 de mayo de 2017

Fin de una etapa de voluntaria

Este año estoy realizando muchos cambios en mi vida. Empezó con la mudanza a principios de año, y ahora viene un cambio para mí bastante importante, aunque a algunos os parecerá poco relevante: dejar la asociación de voluntariado a la que pertenezco desde hace más de diez años.

Para quién no lo sepa, ASANA es una asociación solidaria que se dedica a ir lo domingos por la tarde al Hospital Niño Jesús de Madrid, a hacer teatro y talleres con los niños hospitalizados. Entré por casualidad el 18 de febrero de 2007 por una compañera de la universidad, he sido presidenta de la asociación durante tres años, actualmente soy la secretaría de la misma desde hace más de cuatro años.

Empecé a ir con muchísimas ganas. Los domingos siempre era "mi día ASANA", que nadie me propusiera planes, porque yo no estaba disponible ningún domingo por la tarde. Pero como todo, al cabo de los años, después de renunciar a mi puesto de presidenta de la asociación, empecé a ir menos. Me estaba obligando a ir mínimo una vez al mes, por mucha pereza que me dé o por muchas cosas que tenga que hacer, aunque luego siempre salgo contenta,

Ahora que me he independizado tengo más responsabilidades, además de que debería dedicar más tiempo a las oposiciones, y por otra parte, como voy poco hay mucha gente a la que no conozco, y ya no me siento tan integrada. Por todo eso, pero principalmente por cambio de prioridades en mi vida, hoy acaba mi etapa en esta asociación. Siento que mi labor en ASANA ha terminado.

Muy orgullosa de todo lo que he aportado a la asociación, de todo lo que he aprendido de los niños y de mis compañeros. De todo lo que he aprendido de temas legales, de registros, hasta de abogados me tocó estar tras un robo de dinero por parte de un voluntario... He organizado fiestas de recaudación de fondos, hace años hice una presentación de ASANA para la Escuela de Voluntariado... Experiencias. Lo bueno y lo malo, ahora lo veo de forma positiva, ya que todo me ha hecho aprender y crecer como persona.

Me hizo ver además como si realmente quieres, puedes:  los años en los que no faltaba ningún domingo, fueron los años que estudié la carrera, luego un máster. No paraba de estudiar y hacer trabajos, además de trabajar a media jornada, pero siempre tenía tiempo para ir cada domingo, todos los domingos por mucho que tuviera que hacer, porque al final como siempre digo, no es una cuestión de tiempo, sino de prioridades.

Siempre es difícil dejar algo, tengo mucho cariño a la asociación, a todos estos años sacando sonrisas a los niños. Pero al final hay que mirar hacia adelante, hacer lo que uno cree, y sobre todo, emplear el tiempo en algo que de verdad te llene, cerrar etapas y abrir otras nuevas, porque el tiempo, no vuelve nunca.

Por supuesto, animo a todos a que participéis en una asociación solidaria u ONG. La recompensa de cómo te sientes al ayudar a alguien, a sacar sonrisas a niños en este caso, es totalmente gratificante.


[Imagen de Internet]


--
¿Qué significa ser voluntario?
Ser presidenta de una asociación de voluntariado infantil

No hay comentarios:

Publicar un comentario