jueves, 3 de noviembre de 2016

Cosas que brillan cuando están rotas


-          Fue una madrugada. Habíamos bebido.

-          Sigue – dice. Aunque quiere decir salta. Que me salte la parte del alcohol.

-          Estábamos en la parte de arriba de Kapital y estaba bonito, porque tenía el techo lleno de pequeñas luces azules. Y como todo lo demás estaba oscuro, era como bailar en el aire. Un flipe. Hasta que encendieron las luces un par de veces para echarnos. Se cayó el cielo. 

Una luz amarilla hizo aparecer un techo de escayola. Los espejos de las columnas habían condensado nuestro sudor y sólo reflejaban un vaho pegajoso. El suelo donde nos deslizábamos era en realidad un barrillo negro. Un asco. Me di cuenta de que me había destrozado las botas por bailar resbalando en esa mierda. Y entonces volvieron a apagar las luces y nos dejaron un rato más. Yo estaba con Ricardo y le dije que quería pirarme, que estábamos en una pocilga. Entonces él dijo que había tesoros en todas partes. Que encontraría algo bonito para mí antes de que chaparan el garito. Y se fue.

Volvió con un trozo de cristal verde escondido en el puño. Creo que era un pedazo de botella de Heineken estallada contra el suelo. No digo que pareciera una esmeralda ni nada de eso, pero era especial. Me dijo: Así eres tú. Brillante. ¿Brillante como una botella rota? Protesté. Y entonces Ricardo dijo: Este cristal precioso era el envoltorio de una cerveza. Hasta que se cayó en esta mugre y se rompió en mil pedazos. Ahora ya no forma parte de algo aburrido y completo. Ahora es mejor. Es capaz de reflejar otras cosas y brilla por sí solo. Y yo le pregunté: ¿Así que te parezco brillante?

-          ¿Y que te contestó? – pregunta mi padre expectante, como un niño reclamando que el cuento no se pare.

-          Ricardo dijo: Tú brillas porque estás rota

-          ¿Y qué pasó después?

-          Cerraron la discoteca.



Fragmento del libro “Cosas que brillan cuando están rotas”, de, Nuria Labari. Narra los atentados del 11 de marzo en Atocha (Madrid), desde el punto de vista de una periodista que cubría la noticia. Pero además de eso, tiene un gran trasfondo, hablando de la Alemania de la época de los campos de concentración, y lo que más me ha gustado, el día a día de una pareja a punto de romperse, y de su hija adolescente. Libro muy recomendable.

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