¿Qué nos pasó entonces? ¿Por qué, cuando llegamos a cierta edad y miramos a nuestro alrededor, el hechizo había desaparecido?
Porque nos enseñaron a concentrarnos en otras cosas. Nos enseñaron a pensar de forma antinatural. Nos enseñaron una pésima filosofía, una manera de mirar el mundo que está en contradicción con lo que somos.
Nos enseñaron a pensar en la competición, la lucha, la enfermedad, los recursos finitos, la limitación, la maldad, la culpa, la muerte, la escasez y la pérdida. Y como empezamos a pensar en estas cosas, empezamos a conocerlas. Nos enseñaron que sacar buenas notas, ser buenos, tener dinero y hacerlo todo como es debido son cosas más importantes que el amor.
Nos enseñaron que estamos separados de los demás, que tenemos que competir para salir adelante, que tal como somos no valemos lo suficiente.
El amor es aquello con lo que nacimos. El miedo es lo que hemos aprendido aquí. El viaje espiritual es la renuncia al miedo y a la nueva aceptación del amor en nuestro corazón, el amor es nuestro propósito sobre la tierra. Tener plena conciencia de él, tener la vivencia del amor en nosotros y en los demás, es el sentido de la vida…
… El amor no es material, es energía. Es el sentimiento que hay en una habitación , en una situación, en una persona. El dinero no puede comprarlo. El contacto sexual no lo garantiza. No tiene absolutamente nada que ver con el mundo físico, pero a pesar de ello, puede expresarse….
…El miedo es la falta de amor que todos compartimos, nuestros infiernos individuales y colectivos. Es un mundo que sentimos que nos presiona desde adentro y desde afuera, dando constantemente falso testimonio de la insensatez del amor…
El amor está dentro de nosotros. Es indestructible, sólo se le puede ocultar. El mundo que conocimos de niños sigue aún sepultado en nuestra mente.
Y en eso consiste un milagro: en la desaparición de las nieblas, en un cambio de la percepción, en un retorno al amor.”
Nos enseñaron a pensar en la competición, la lucha, la enfermedad, los recursos finitos, la limitación, la maldad, la culpa, la muerte, la escasez y la pérdida. Y como empezamos a pensar en estas cosas, empezamos a conocerlas. Nos enseñaron que sacar buenas notas, ser buenos, tener dinero y hacerlo todo como es debido son cosas más importantes que el amor.
Nos enseñaron que estamos separados de los demás, que tenemos que competir para salir adelante, que tal como somos no valemos lo suficiente.
El amor es aquello con lo que nacimos. El miedo es lo que hemos aprendido aquí. El viaje espiritual es la renuncia al miedo y a la nueva aceptación del amor en nuestro corazón, el amor es nuestro propósito sobre la tierra. Tener plena conciencia de él, tener la vivencia del amor en nosotros y en los demás, es el sentido de la vida…
… El amor no es material, es energía. Es el sentimiento que hay en una habitación , en una situación, en una persona. El dinero no puede comprarlo. El contacto sexual no lo garantiza. No tiene absolutamente nada que ver con el mundo físico, pero a pesar de ello, puede expresarse….
…El miedo es la falta de amor que todos compartimos, nuestros infiernos individuales y colectivos. Es un mundo que sentimos que nos presiona desde adentro y desde afuera, dando constantemente falso testimonio de la insensatez del amor…
El amor está dentro de nosotros. Es indestructible, sólo se le puede ocultar. El mundo que conocimos de niños sigue aún sepultado en nuestra mente.
Y en eso consiste un milagro: en la desaparición de las nieblas, en un cambio de la percepción, en un retorno al amor.”
“Volver al amor”
Marianne Williamson
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