Echo de menos tus regalos por sorpresa, tus flores sin motivo, y tus poemas para mí. Echo de menos tus ten cuidado esta noche cuando salgas, o tus escribe cuando llegues. Echo de menos tu alegría, tus ganas de vivir que impulsan las mías.
Echo de menos tus llamadas a cualquier hora con el simple motivo de querer escuchar mi voz, tus llamadas mañaneras deseando que pase un buen día, o tus te quiero en las buenas noches
Echo de menos tus ataques pasionales en la cocina, en el salón o en cualquier lado. Echo de menos tus abrazos por la espalda, tus canciones al oído. Dormir abrazados, sentir tu calor y hacer de esos momentos, algo eterno.
Echo de menos aquella ilusión por algo nuevo, aquellos días en los que la felicidad estaba siempre presente, dónde el plan daba igual, lo único importante era la compañía. Aquellos días en los que no había decepciones, y todo era magia.
Todo cambia.
Todo se transforma.
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Escrito un día cualquiera de motivación de hace bastantes meses. Ahora lo he releído, me ha gustado y lo publico. Como dirían en las películas, cualquier parecido con la realidad, es pura coincidencia
Bonita historia con final de cancion de Jorge Drexler. 5 estrellas a la frase en negrita.
ResponderEliminar¡Veo que te has animado a pasarte por mi blog!
EliminarJajaja, por supuesto! Lo he puesto porque me ha pasado alguna vez de publicar algo parecido, y luego la gente preguntarme qué me ha pasado