Últimamente, por diferentes hechos que no vienen a cuento, veo que cada vez estamos más controlados. Tanto físicamente, como virtualmente. Físicamente, sobre todo en el centro de las ciudades, pero cada vez en más sitios, está todo lleno de cámaras que nos controlan por donde vamos y lo que estamos haciendo. Cuando ocurre algo, siempre hay una cámara que lo ha grabado...
Virtualmente igual o peor aún. Con nuestro móvil inteligente nos tienen controlados, empezando por la ubicación (he comprobado que aunque vayas en modo vuelo, también registra por donde vas...). Personalmente, hace tiempo que Google Maps me empezó a preguntar opiniones de sitios, de restaurantes a los que voy, de museos que visito, etc. Al principio me parecía interesante, además con esas colaboraciones de la cronología, vas ganando puntos (que no sé para qué son), pero parece que te anima a seguir opinando... Hasta que pensándolo bien, que Google sepa por dónde vas a cada momento, es un arma de doble filo.
Por una parte, tú mismo puedes consultar dónde estuviste, por ejemplo, el 01 de abril de 2019. Puedes saber qué hiciste, dónde estuviste, te aparecen además las fotos que hiciste... Puede estar bien para uno mismo. Pero, ¿y si el móvil acaba en ciertas manos? Cualquiera que lo coja, puede saber exactamente dónde estuviste en cada momento, si fuiste al supermercado, si estuviste en casa de alguien... Muchas de las aplicaciones que usamos hoy en día, te piden obligatoriamente acceso al gps, a la cámara, a la galería de fotos. Pero ¿por qué?
Básicamente, es para ganar dinero. Si por ejemplo te quieres comprar una aspiradora, buscas en google modelos, precios, etc. Al rato te están apareciendo anuncios de aspiradoras. Pero hay veces que es para asustarse. Un amigo me contó que una vez estaba hablando en WhatsApp de unos billetes de tren que tenían que coger, y le empezó a salir publicidad del tren, sin ni siquiera haberlo buscado. Todo está conectado.
He recuperado hoy el vídeo del que he hablado al inicio del post. Es una charla TEDxMadrid, por Marta Peirano. Tiene más de dos años y dura sus casi 10 minutos, pero merece mucho la pena.
Hace poco me llegó una notificación de que un amigo había hecho una captura de pantalla a una foto de mi Instagram. ¿¿??. Me dio igual, pero yo personalmente sigo a muchas webs de decoración, y hago bastantes capturas de pantalla de fotos que me dan ideas, o a veces capturo fotos de frases que me gustan... ¿les ha llegado notificación cada vez que hacía una captura? Me parece una falta de privacidad absoluta. He estado investigando el tema, y creo que durante un tiempo mandaban notificaciones con cualquier cosa que capturaras, pero hubo mucha polémica, y lo quitaron, y ahora solo te notifican si haces captura de pantalla a mensajes privados o fotos de mensajes privados. He hecho varias pruebas con una amiga, y realmente te notifica cuando le parece...
Por otra parte, hace unos días, me pareció muy interesante una colaboración en El Hormiguero. Ahí habla sobre esta charla TED, y te dice además cómo puedes hacer para pedir tus datos a Google, y para desactivar que Google guarde todas tus ubicaciones.
Con tanto control, hay que tener mucho cuidado con cada paso que damos. Vivimos pegados a un dispositivo que prácticamente, lo sabe todo de nosotros, mucho más de lo que llegamos a imaginar.
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