Muchas veces, vivimos estresados por el exceso de planes: queremos salir con todo el mundo, ver a todos los amigos, estar con la familia... Hacer mil cosas, en muy poco tiempo.
Pero, ¿cuándo tenemos tiempo para nosotros mismos?
Llega un momento en la vida, en el que necesitas darle al Pause. Parar. Decir que no a la gente, y decirte sí a tí mismo. Empezar a dejar de hacer cosas por compromiso, y empezar a hacer cosas por tí mismo. Dejar de tener miedo a decir "No voy", pensando que te arrepentirás si no vas. Parar, sentir la vida. Disfrutar de la propia compañía.
Muchas veces, estás en un sitio mirando la hora para llegar al siguiente. Anotando una lista de mil cosas por hacer cuando llegues a casa o el día siguiente. Y realmente, así, pensando en qué vas a hacer después, y no en qué estás haciendo AHORA, no se disfruta. Yo soy muy sociable, no paro en casa y muchas veces se me solapan los planes, pero ha llegado la hora de dar al Pause.
¡Me ha encantado! Y lo digo porque es una filosofía que me aplico: cada cierto tiempo, necesito dedicarme tiempo. Olvidarme del reloj y de que existe un mundo ahí fuera para dedicarme tiempo a mí misma, tanto al cuerpo como al alma (no hay que olvidarse de ninguna de las dos).
ResponderEliminarEn un mundo donde parece que prevalece el socializar, salir mucho, etc., es importante no perderse a uno mismo entre la multitud. No hay que tener miedo de estar a solas con uno mismo y... ¿Quién sabe lo que puedes llegar a descubrir?
Ciertamente, viene realmente bien dar al pause de vez en cuando, aunque solo sea un día cada x, de apagar el móvil y no hacer nada.
EliminarExacto, ¡así además te conoces más a tí mimmo!
¡Gracias por comentar! :)
Necesitamos tener nuestro propio espacio y tiempo. Tenemos que autodescubrirnos y saber lo que nos gusta y lo que no.
ResponderEliminarMuy buen post¡¡¡
Exacto, con estas cosas, uno empieza a conocerse más a uno mismo...
Eliminar¡Gracias por comentar!