domingo, 24 de marzo de 2013

Me gustas cuando callas...


Hay momentos, en los que sobran las palabras. Momentos, en los que el silencio, es la mejor forma de hablar.   


Me gustas cuando callas porque estás como ausente, 
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca. 
Parece que los ojos se te hubieran volado 
y parece que un beso te cerrara la boca.

Como todas las cosas están llenas de mi alma 
emerges de las cosas, llena del alma mía. 
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma, 
y te pareces a la palabra melancolía.

Me gustas cuando callas y estás como distante. 
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo. 
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza: 
déjame que me calle con el silencio tuyo.

Déjame que te hable también con tu silencio 
claro como una lámpara, simple como un anillo. 
Eres como la noche, callada y constelada. 
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.

Me gustas cuando callas porque estás como ausente. 
Distante y dolorosa como si hubieras muerto. 
Una palabra entonces, una sonrisa bastan. 
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.


Veinte poemas de amor y una canción desesperada. XV
Pablo Neruda

2 comentarios:

  1. Hermoso poema, gracias por recordármelo, Sara.

    ¿No crees que deberíamos incluir algo en nuestras vidas que nos ayudase a valorar el silencio? Creo que sería necesario en esta vida llena de ruido por doquier.

    ¡Un saludo!

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    1. ¡Gracias a tí por comentar! Me alegro de que te haya gustado.
      Totalmente de acuerdo, deberíamos tener algo que nos haga valorar el silencio.
      ¡Un saludo!

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